domingo, 25 de septiembre de 2011

Tiempo de caída

No sé si os habréis dado cuenta que en este tiempo nos inundan con anuncios de productos y servicios para evitar la caída del cabello. El otro día estaba rascándome la cabeza, una costumbre muy fea que tengo, porque ni me pica ni nada, cuando me di cuenta que varios pelillos habían caído sobre la mesa. De inmediato se me vino a la mente el anuncio de Svenson. ¿Cuál? Este:


Naturalmente me entró el canguelo por quedarme más calvo que Mortadelo, y me dirigí a una farmacia en busca de un producto anticaída. La farmacéutica se apiadó de mí y me dijo que no me preocupara, que es tiempo de muda y es normal que se caiga el cabello. En efecto, a varios de mis amigos y familiares les estaba pasando lo mismo.
Así funciona la publicidad, amigos. Lo mismo que el turrón se anuncia en navidad, el otoño es tiempo de spots de cuidado capilar.
Este descubrimiento ha inspirado mi penúltimo Toy Malatesta. Allá va (pinchar en el dibujo para ampliar).


Nota del T: 
Carajote: Localismo andaluz. Persona tonta.
Su origen se debe a que, en la época cuando los barcos eran veleros, al tripulante que se ponía un poco pesado se le mandaba al carajo (parte alta del mástil). Allí el individuo se mareaba y se quedaba atontado.
Extraído del blog Las manzanas dulces

jueves, 8 de septiembre de 2011

Treme, ¿serie o serial?

Tras un parón bastante largo, he deglutido de forma consecutiva la séptima temporada de House y la primera de Treme.

Del Dr. House y sus andanzas poco que decir. Se nota el desgaste de tantas temporadas, y ofrece el entretenimiento que pueden esperar sus más fieles y poco más. El sesion finale, además, no me ha gustado un pelo. No siempre lo más inesperado no es lo más adecuado.

Treme, por su parte, ha sido todo lo contrario en muchos aspectos. Sabía a lo que me acercaba, por referencias y porque sus creadores, David Simon y Eric Overmiyer, repiten tras el éxito rotundo que supuso The Wire. Para mi sorpresa, además, han confiado en algunos de los actores de esa ya mítica serie, como Wendel Pierce o Clarke Peters.
Debo confesar que los primeros capítulos no terminaban de engancharme. La historia se localiza en la Nueva Orleáns post Katrina, y trata de retratar cómo sus habitantes tratan de sobrevivir y al mismo tiempo preservar la cultura y la identidad de la ciudad. 
Poco a poco las glorias y miserias de la Ciudad Creciente se te van metiendo en el cuerpo a ritmo de las bandas de metal, y le vas viendo más sentido al comportamiento a veces extrambótico de sus personajes. Y es que la música es el gran hilo conductor de la serie. R&B, jazz, cajún... son los ritmos que mantienen viva a la ciudad.
No todas las historias personales tienen la misma fuerza, desde luego. Personalmente me quedo con el personaje de DJ Davis (Steve Zahn), un tipo alucinado e incansable, enamorado de Nueva Orleáns. Como casi todos en el barrio de Treme.

Y por último una reflexión conceptual, probablemente tan gratuita como innecesaria. Decía que las diferencias entre House y Treme son notables. Tanto, que no sé si encajan ambas dentro del mismo género "serie de televisión". Desde luego House sí, ya que se trata de una serie de capítulos con una unidad argumental propia, aunque haya una temática común. Sin embargo en Treme cada capítulo aislado prácticamente no tiene significado en sí mismo, sino más bien son varias historias que se van hilando de forma continua durante toda la temporada, más al estilo de los seriales (soap opera), cuyo equivalente en hispanoamérica son las telenovelas.

En definitiva, sin llegar al nivel de The Wire, Treme es una serie (o serial) digna de ser vista, sobre todo para los que gusten de la buena música. Sí, Ismo, sobre todo para ti.