martes, 8 de diciembre de 2009

Hijos de la Gran China

Los chinos dominarán el mundo. Ahora lo tengo claro.
He pasado los últimos días en casa enclaustrado. Malo, como medio país. Como hoy por fin estoy mejor, he salido a que me dé un poco el aire. Nos hemos acercado a un bazar chino que acaban de abrir en mi pueblo. No es un todo a 100 al uso, esto es un nuevo nivel: una auténtica gran superficie. Al estilo chino, claro. De hecho han ocupado la nave que hace tiempo dejó vacía un Lidl bastante grandecito.
Allí hay de todo, menos comida. Medio Puerto Real también estaba allí, curioseando y comprando. A lo tonto a lo tonto se te van antojando cosas, así que aunque todo es muy barato al final terminas dejándote una pasta. Que si unas pegatinas con el toro y la banderita de España, que si papel para dibujar, que si un árbol de navidad, que si tal que si cual.

Pero lo que más me ha llamado la atención es un mini-helicóptero de juguete. Por 35 euros, un pequeño aparato de radiocontrol con tres canales: rotor principal, rotor secundario y rotor de cola. El rotor principal da la elevación, el secundario el giro y el de cola el movimiento delante-detrás, ya que está orientado horizontalmente. Como se ve, no son los ejes de control de un helicóptero real, pero da el pego.
Porque sí, señores, me lo he tenido que traer a casa. Me lo ha regalado Lunaria por estar malito. Lo he probado varias veces y va de lujo. Lo he llevado por el salón arriba y abajo y aún no lo he estrellado. Evidentemente su final será inevitable y catastrófico, pero mientras ocurre me va a dar algunas satisfacciones.
Si no sois de por aquí y os interesa el juguete, se puede adquirir por internet a un precio similar.
Lo que os decía al principio, la calidad de los productos es muy discutible, pero poner en España un aparato como el que tengo entre las manos por 35 euros no es nada fácil. Nos van a comer con papas.